A medida que nuestra vida se digitaliza la cantidad de correos electrónicos que recibimos al día aumenta, además de cambiar el tipo de los mismos. Ya casi no recibimos esos correos largos de amistades, sino que la mayor parte son de trabajo pero sobre todo de promociones y notificaciones.

¿Somos conscientes de en cuántas webs estamos inscritas?

Cupones de descuento, ofertas de regalo, articulos de blogs, libros, cursos, ofertas de compañías aéreas…. En muchos casos ni siquiera llegamos a abrir estos emails, pero su mera presencia puede influir en que perdamos otros que son de nuestro interés.

Minimalismo para simplificar tu bandeja de entrada.

Opciones.

– Cuestiónate: ¿este email añade valor a mi vida?

Si la respuesta es sí, mantenlo. El minimalismo no consiste en eliminar por eliminar sino en desprenderse de lo que no añade valor.

– Puedes marcar lo que no te interesa como SPAM.

Aunque realmente no lo son porque, en la mayor parte de los casos fuiste tú quien diste el permiso subscribiéndote a esa lista de distribución.

– Crear etiquetas y organizar los distintos emails en pestañas o carpetas.

Personalmente tengo una organización de acuerdo con las pestañas de gmail, además de etiquetas específicas para cursos, creaciones, lecturas de aura o temas concretos, así como emails que hace falta responder o para leer con calma.

El tipo de organización en este caso es personal, lo importante es que te facilite la labor ahorrándote tiempo. En casi todos los correos puedes crear filtros que organizan directamente los emails en carpetas.

– Eliminar tus subscripciones.

Aunque a veces no es tan sencillo como lo fue darse de alta y el botón para hacerlo está escrito en tamaño de letra 0,000001.

Para esto hace poco he descubierto una página web llamada unroll.me que te permite ver las subscripciones activas, eliminar las que ya no quieres y recibir con la perioricidad que decidas en un email único las subscripciones que decidas agrupar.

Así en mi caso he descubierto tener 80 subscripciones, sí yo también me he sorprendido del número. Aquí por supuesto entra todo: bancos, compras, aplicaciones, blogs, compañías aéreas, universidades…

Y tú, ¿Cuántas subscripciones tienes?

Quita lo que sobra, deja tiempo para lo que de verdad te importa